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Mike Brodie

Mike Brodie (1985) saltó a su primer tren a la edad de 17 años. Salió de su casa en Pensacola (Florida) con la intención de visitar a un amigo en Mobile (Alabama). Sin embargo, el tren, que iba en sentido contrario, lo depositó en Jacksonville (también en Florida). Días más tarde Brodie se coló en el tren de vuelta, así que volvió al lugar de donde había salido. Pero algo se había encendido en su interior, y a partir de entonces Brodie se dedicó a vagar por los Estados Unidos en cualquier medio que no le costase dinero: a pie, a dedo, saltando a los trenes que pasaban. No tardó en encontrar una cámara Polaroid olvidada bajo el asiento de un coche. Con aquella cámara instantánea, el fotógrafo autodidacta pudo empezar a documentar sus aventuras. Para mantener el contacto con su comunidad, errante y dispersa, Brodie compartía las fotos que sacaba en varias páginas web. Por eso empezaron a llamarle “The Polaroid Kidd”. Cuando las cargas de Polaroid dejaron de producirse, Brodie se pasó a los 35 milímetros con una cámara de los ochenta que pilló por ahí. Así fue como Brodie pasó varios años cruzando los Estados Unidos y engrosando una colección de fotos que ahora se aprecia como uno de los archivos más valiosos de la fotografía de viajes de América.