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De la magia de los vínculos en general

Conversación entre Jesús Caníbal y Rafa Marcos Mota

Jesús Caníbal es J. Es socio de la librería cooperativa barcelonesa La caníbal junto con Amanda Cuesta y Julia Montilla. 
También forma parte, junto con Gelen Alcántara Sánchez, del equipo artístico Jeleton.
Rafa Marcos Mota es R. Marcos Mota y es artista.

Modo lectura

J.

Querida Rafa, la revista El Estado Mental nos ha pedido grabar nuestro klub de lectura, que llamamos cuquis xerrameques, donde cada cierto tiempo compartimos los libros que nos estamos leyendo, y por esto nos van a pagar dos duros que falta nos hacen. También dicen que lo hagamos un poco fácil. Pero a ver, que esto no tiene ningún misterio, lo que hacemos es intercambiar datos de escritoras que nos gustan como si fueran números de teléfono, pero con nuestras impresiones del momento.

R.

Bueno, me parece bien; si esto queda como lo que es y comentas, sin mayor pretensión, pues bien, comencemos...

J.

Ya lo sabes tú que no estamos para pretensiones. Me gustaría empezar con un libro porque leí hace poco un fragmento de él en el primer programa de mi podcast de mariborbor irratia. Es una antología de poemas de Aimé Césaire de la editorial Susa, en una colección que se llama Munduko Kaierak. En concreto es El cuaderno de un retorno al país natal, que escribió tras volver de su estancia en París, donde había fundado la revista El estudiante negro... Aimé Césaire escribió también Discurso sobre la negritud y otros textos anticoloniales muy importantes. El vasco no es mi primera lengua, lo estoy aprendiendo y me cuesta mucho, pero voy a leerte-traducirte-inventarme un trocito de lo que leí: “En la última hora del amanecer las hambres y las no sé qués, los miedos escondidos en las cloacas, los miedos subidos en los árboles, los miedos enterrados bajo tierra, los miedos que andan no sé sabe dónde por los cielos, los miedos amontonados y las humaredas (cuernos de humo, en vasco) de la desesperación… aquel al que se le había olvidado saltar adelante”. El editor de la colección es Beñat Sarasola, que también es poeta. Y el traductor de este cuaderno, Iñaki Aranbarri, también. Antes no pensaba demasiado en eso pero ahora me interesan mucho las traducciones. Aunque tú puedas estar leyendo a Jack Halberstam en inglés, en el momento en que se traduzca se van a generar traducciones de sus conceptos o términos en castellano, se van a implantar y eso es un campo de batalla. Diría que en las lenguas minorizadas, como el catalán y el vasco (las dos que conozco algo) las traductoras tienen más conciencia histórica de lo que están haciendo... Una cosa que me encantó de esta colección, y que sólo por esto ya soy fan del editor, es que el cuaderno de Maria Mercè Marçal está traducido por Itxaro Borda, son dos poetas increíbles y hasta donde yo sé de las primeras que han publicado poesías abiertamente lesbianas en catalán y vasco respectivamente. Hacer ese encargo, y juntar eso, me parece maravilloso. No es sólo lo que lees, sino esas dos poetas en sus escritorios dialogando en el tiempo, como en la canción La escritora de Lidia Damunt. 

R.

Esas herencias… La herencia es un tema al que desde hace tiempo le doy vueltas e igual también tiene que ver con las lecturas que tengo entre manos. Estoy profundizando en la obra de Alberto Cardín, con lo que encuentro, porque tampoco se está reeditando casi nada. Cardín fue un activista a su manera, teórico, antropólogo e historiador raro que se situó en un lugar bastante incómodo. Como murió en el 92 de sida, históricamente se lo han quitado del medio, por decirlo de algún modo. Comencé con Guerreros, chamanes y travestis. Indicios de homosexualidad entre los exóticos, de Tusquets, que es un compendio de textos que mezclan testimonios de antropólogos con rescates de textos de civilizaciones no occidentales y en el que aparecen figuras que se podrían identificar como intermedias ante un binario masculino-femenino. Ahora me interesa más la obra literaria de Cardín, estoy detrás de conseguir sus tres libros de poemas. Tú me dijiste que te habías leído dos...

J.

Sí, Despojos, en Pre-Textos, del que aún se pueden encargar ejemplares,  y otro en Pre-Textos también, no me acuerdo del título. Despojos me gustó mucho, lo recuerdo hablando de carne, piel, tacto, y sugiriendo una enfermedad grave.

R.

Lo que he conseguido por ahora es Lo mejor es lo peor y Detrás por delante, dos libros raros de estilo, más bien compendios de textos que seguramente escribió en tiempos muertos. En Lo mejor es lo peor hay algo de travestismo logo-histórico de los asuntos sociales que preocupan a Cardín, y él, como titiritero, los hace bailar para degradarlos o redimirlos.

J.

En las portadas de estos tres libros veo algo que se repite. Hay como una especie de emblemática de una figura de piel negra y otra de piel blanca que muestra el culo, o una figura que es medio blanca y medio negra mostrando el culo, y no sé si esto es mi puro racismo involuntario, porque yo veo ahí una iconología, o es que se copiaron, o que él quería que saliera esto siempre.

R.

Me consta que él controló estas tres portadas. Yo veo lo que comentas como un alegato resumen de una de las “misiones” que Cardín seguro sentía como antropólogo homosexual que era: que su deseo por los exóticos se consumara en la corrupción de Occidente.

Pero lanzo la piedra y salto a otro libro que me ha encantado, Espejo de amor y lujo de Lluís Fernández. Es su tercera y última novela, publicada también en el 92. Es un retrato-ficción de la Transición Española a través de una novela pseudo-policíaca pseudo-culebrón en la que los personajes masculinos son maricones reprimidos y las mujeres cuando no son travestis actúan como tales. Hay un capítulo en el que un alcalde del PSOE está descubriendo su lado homosexual a los cuarenta y pico con un menor y hace un viaje de empresa y de repente tiene un affaire con el líder de la oposición, ¿vale? Se encuentran en su habitación del hotel y se consuelan: “No llores, José, musitaba, esto tenía que ocurrir. De sobras sabías que te deseaba desde los tiempos de la Transición y aún me parece mentira que esté aquí besándote, bla, bla, bla”. Pero mi favorito por ahora de Lluis Fernández es El anarquista desnudo de Anagrama. Fue su primer libro, de hecho ganó el premio Prudenci Bertrana en el 78. Este libro es superbonito y supertriste porque son cartas a un personaje que se mantiene fuera de escena, un tal Aurelio Santonja, un homosexual que se exilia en Holanda no se sabe por qué, se supone que por algún tipo de crimen o acusación. Las cartas son de sus amigas mariconas y travestis ex-amigas y ex-amantes, que le van escribiendo sin que leas sus cartas de respuesta. En medio de la novela hay un inserto muy raro, con textos que a priori no están relacionados con el resto de la novela, como Carta a los homófilos del próximo siglo. Valencia 21 de septiembre de 1975.

J.

¡Vamos a leerla en alto!

R.

Pues dice “para vosotros, que todavía no habéis nacido, hermosas mariquitas venideras. Una voz del pasado se levanta en la cárcel de vuestro presente. ¿Todavía no habéis realizado las viejas promesas? Porque, ahora y aquí, estamos tocando fondo. [...] Extrañas figuras del futuro, ¿Todavía os prohíben los colores suaves, el gesto sublime, el paseo artístico por las aceras de la desesperación, el azul en los ojos y el rojo en los labios políticos de la subversión? ¿Todavía el amor es un bien establecido, hasta el best-seller prohibido por las oscuras figuras del sindicato del terror? ¿Todavía el amor tiene sabor de urinario, de sábana gastada, de escondrijo de farol enmudecido por el relente de la noche? De ser así, entregaos al grito disfrazándoos de tinieblas. Haced enmudecer la tierra, que ya no será capaz de seguir conviviendo con la proyección de sus fantasmas. ¡Basta de apariciones! ¡Antes que fantasmas de la noche, jinetes del Apocalipsis!”. 

A veces siento que estamos tan saturadas de teoría y al mismo tiempo tan catapultadas en un sálvese quien pueda desde la supervivencia y la precariedad que necesitamos un poco de magia y fantasía, y este tipo de lecturas te abren vergeles en el cerebro donde poder caer así como medio de lado, en una esquina pero con gracia, y de paso, sutilmente, soltar un puñado de semillas que llevabas escondidas. También me gusta este ejercicio de revisar cosas del pasado reciente sepultado, por lo de evitar el alzhéimer, ya sabes.

J.

Entiendo lo que comentas pero no me pasa porque yo la teoría me la leo como autoayuda, ja, ja... O más bien como libro de conjuros, que te transforma a ti y a lo que te rodea, reopera en símbolos que eran tóxicos y los convierte en antídotos. Cuando leía a Judith Butler no estaba pensando en Kant sino en mis cosas y me latía el corazón a mil por hora porque me transformaba a mí y a mi entorno. Es algo que ahora me está pasando con un libro de Donna Haraway, y que tiene un título que no lo puedo ni leer... Testigo_Modesto@Segundo_Milenio.HombreHembra©_conoce_Oncorratón®. Feminismo y Tecnociencia, de 1997, de la editorial UOC. Aparte de éste en castellano Donna Haraway sólo está editada en la colección Feminismos de Cátedra y la Universidad de Valencia y ese está agotado. Pasa un poco como con Pedro Lemebel o con Testo Yonqui de Beatriz Preciado, que en la librería me lo piden todos los meses, pero no lo reimprimen.
La internacional heterosexual sigue interceptándonos los libros.

R.

Es terrible, es como si verdaderamente el capitalismo hubiese encontrado su modo de seguir “quemando” herejes, a su modo. 

J.

Pues a mí me está cambiando, estoy flipando, es tan íntimo que no sé si te lo voy a poder explicar. Me gusta mucho que piensa los capítulos a partir de unos cuadros muy bonitos de su amiga Lynn Randolph, con la que dice que se retroalimentan. Se puede decir que es un libro de biología porque ella es bióloga y dice desde dónde habla, se preocupa por la industria farmacéutica, por el feto como entidad sagrada contemporánea...

R.

Justo acabo de preparar un ensayo visual sobre eso para el nuevo número de la revista PIPA, que edita Maite Garbayo.

J.

También Lee Edelman en No al futuro. La teoría queer y la pulsión de muerte que ha publicado en castellano Égales, arranca el libro a partir de cómo le interpelan unas imágenes de fetos de propaganda pro-vida, anti-elección. Haraway explica una cosa muy interesante que es el origen de esa iconografía, las fotos que hizo Lennart Nilsson para la revista Life. Algunas de ellas son fotografías intrauterinas de fetos en gestación pero otras son fotos extrauterinas, de fetos abortados. El asunto es que las que se difundieron en todo el mundo están mezcladas, entonces es el milagro de la vida pero... Hay otro capítulo donde se habla de los fetos invisibles, de un estudio de campo sobre la mortalidad infantil en el primer año de vida en el noreste del Brasil en los 90 en relación a la pérdida del hábito de amamantar, con la introducción de la leche en polvo primero por organismos de cooperación y luego por Nestlé... Este libro al principio parece futurista pero luego ves que todo sobre lo que está hablando es de los años 90, de 1997.

R.

Como hermanas bastardas de la Haraway pienso en Brigitte Baptiste, una bióloga transgénero colombiana, creo que te gustará. Y de otra de las hermanas de Haraway, Sandy Stone/Allucquere Rosanne Stone, su El Imperio Contraataca. Un manifiesto postransexual, una respuesta a otra feminista más purista, que la estaba cuestionando desde un feminismo CIS-género. 

J.

Era una respuesta a The Transsexual Empire: The Making of the She-Male de Janice Raymond, de 1979. Ahora te hablaré de otro libro que he leído hace poco muy distinto y me ha impresionado mucho, yo creo que en el reino de España nos lo tendríamos que leer todo el mundo al igual que Las venas abiertas de América Latina de Galeano, a ver si nos enteramos: Se llama Cómo leer al Pato Donald. Comunicación de masas y colonialismo de Ariel Dorfman y Armand Mattelart, de Siglo XXI, yo tengo la edición de Biblioteca Nueva. Es un ejercicio de iconología politizada. Son comentarios de las viñetas del Pato Donald tal como estaban siendo introducidas en Chile, es de 1972 y al leerlo ahora ves el golpe de estado que viene, y lo ves en el Pato Donald, es terrorífico. Creo que con eso ya he dicho suficiente.

R.

Vale, este libro, Saturday Night Thriller, editorial Estruendo Mudo de Lima, de Giuseppe Campuzano. Su editor es Miguel López e incluye una entrevista que le hice a Campuzano para Antigonia hace años. Es una compilación de conversaciones y otros materiales que no se habían publicado antes en papel. Hay unos cuentos, que tienen mucho que ver con lo de Cardín y Fernández pero en una sociedad de un mestizaje mucho más real. Destaco un texto que creo que es de los mejores que escribió Giuseppe, Genealogía velada del futuro travesti. No te voy a contar más sobre él porque es accesible en su perfil en Facebook, léetelo, pero te adelanto que habla de velo, travestismo, ocultación, relación, revelación, casi como recordando a las máquinas de guerra de Deleuze y Guattari pero desde otro ángulo (y mucho mejor).

J.

Seguro que mejor para mí, es raro pero me siento más cerca de Campuzano.

Hablemos si quieres del libro que te recomendé hace poco, La ciudad de las damas, de Cristina de Pizán. Dicen que es la primera mujer de la Europa medieval que se ganó la vida escribiendo, vivió del 1364 al 1430, era hija del astrólogo de corte y al enviudar se tuvo que buscar la vida como La Paquera. En este libro enumeró las grandezas de las mujeres a lo largo de la Historia. La ciudad de las damas es una arquitectura alegórica donde te vas encontrando a mujeres, primero en la muralla, luego otro recinto, y te van saliendo guardianas o porteras para acceder a los distintos recintos… Lo escribió en respuesta, a veces airada, a las discusiones de la época sobre la corrupción que decían algunos (y ganaron) que era intrínseca a la mujer e incluso sobre su ausencia de alma. El libro de Cristina tuvo éxito y protagonizó un gran debate, en clara inferioridad numérica. Y a la vez es un libro muy poético, con esa cosa del paseo o desfile alegórico y las voces que te hablan desde cualquier esquina. También me gusta la manera que tiene de discutir con los más grandes sin miedo, que eso es algo que deberíamos hacer todo el mundo. Me recuerda una frase que leí a Marisa Belausteguigoitia, que decía, y vuelvo a citar de memoria, que “escribía sobre Virginia Woolf y sobre aquellas que son opacadas por la presencia de Virginia Woolf”. Hace poco compré este libro para regalártelo, editado por el PUEG de la UNAM cuando ella lo fundó y dirigía: La casa de la mema. Machas travestis y locas, de Annick Le Prieur (o “Anita de Lo Peor” como la llamaban en la casa). Para mí la razón más para traértelo es el tesoro léxico que pueda contener. La primera vez que fui a México y pregunté “¿aquí cómo nos dicen a los maricones?” Me dijeron, Puto, Joto, que es una palabra increíble con una etimología confusísima que enlaza el penal de Lecumberri con las sotas de la baraja y el xot catalán. 

R.

Al hilo de esto ahora te hablaré de La arquitectura en el cine. Hollywood, la Edad de Oro, de Juan Antonio Ramírez, en Alianza Forma. Yo creo que en todo lo que estamos visitando se cruza una experiencia cinematográfica. Este libro se centra en hacer un análisis de las arquitecturas producidas para un registro bidimensional como es el cine en el momento más poderoso de su industria, el Hollywood de los 20’s a los 50’s. El libro es muy discreto pero ya habla de todo: trampantojos visuales, exotismos, arquitecturas acuáticas… Pasando a otro título aún más pretencioso, también me gustaría enseñarte Thee Psychick Bible, Thee apocryphal scriptures ov Genesis Breyer P-Orridge and thee Third Mind ov Thee Temple ov Psychick Youth, un compendio de todos los textos que desarrollaron en su secta. No sé si conoces Thee Temple, estaba diseminada por el mundo y su cohesión se basaba en una correspondencia postal donde se hablaba de políticas de género y sexualidad, experimentación con drogas, colaboración musical…

J.

Algo escuché, Genesis me pareció muy interesante, cuando habla yo la escucho. ¿Dirías que utilizan algo parecido a la magia?

R.

Ellos lo defienden totalmente como que sí y consideran el libro como un libro de magia.

J.

Yo a Genesis la veo así: mucha investigación, mucha experimentación, mucho salir de cualquier territorio cómodo, etcétera. Por eso no me sorprende lo que cuentas de una iglesia más en diáspora que en reunión.

Hablando de diáspora por alusiones de marica diasporada, aquí está un libro que me leí hace ya un poquito pero tenía que traer: la Ética marica de Paco Vidarte, editada por Égales. Tiene algo de inapropiable, porque dice cosas muy potentes y luego vuelvo a buscar una cita, pero no es como yo pensaba y no la puedo usar. Sólo funciona al leérmelo del tirón, que es como está escrito, y eso me encanta. Una de las ideas claves del libro es la de correr como pollo sin cabeza. Dice que cuando la marica detecta problemas a los lados, porque tiene visión periférica, aprieta el paso y sigue palante y no mira atrás. Cuando llega a casa le duelen los pies de haber corrido con los tacones pero ya está a salvo. Me gusta el título porque creo que existió el encargo o autoencargo que en origen iba a ser un manual de ética al uso, Educación para la ciudadanía, pero por el camino se pone hecha una furia y le sale esto, es una de las cosas más enfurecidas que se han escrito jamás. Y claro, luego a veces leo que citan Ética marica o Una habitación propia en términos de teoría y digo “¿Teoría? ¡Mi ano!”. No, esto no es teoría.

R.

Cambiemos de tercio, ¿te has leído alguna vez Los propios dioses, de Isaac Asimov?

J.

¡Sí y me encanta! Me lo recomendó mi vecino Rulo y me sorprendió muchísimo porque no imaginaba que Asimov tuviera un cuento así. De hecho creo que lo propondré para el grupo de lectura “Penelope Black” de ciencia-ficción no eurocéntrica no androcéntrica que estamos montando en la librería porque siendo Asimov y todo, es muy especulativo e interesante en estos términos.

R.

A mí me lo dejaron hace tiempo y me encantó. Es precioso, y como organigrama conceptual o simbólico es una fisura al binario.

J.

Sí, estas fisuras justifican la ciencia-ficción o la magia. Lo simbólico te sirve para problematizar ideas muy establecidas como los dualismos. Pero voy a poner un poco de saturnismo en la olla, con Elegía un libro de poesía de Mary Jo Bang editado por Bartleby que me regaló mi amiga Betty aka ThunderBetty. Yo últimamente pienso mucho en la frase: “Hay que escuchar al dolor”. Escúchalo al menos un poquito. Estos son los poemas de una poeta a la que se le ha muerto de sobredosis un hijo y están ordenados de un modo cronológico, son casi enumeraciones o nombrar cosas. Empieza cuando la llaman, cuando llega a la habitación del hijo, cuando vuelve a su casa... Y ese lugar para mí no es un sitio especialmente cómodo en el que pensar, por eso mismo me cuestiona, en el mejor sentido.

R.

En relación a la dificultad, he traído Aliens y anorexia, de Chris Kraus, editado por Sémiotext(e). Ella empezó haciendo películas experimentales rollo fantasía bollo raro pero no del todo, también tiene varios libros. Es lo que estamos hablando todo el rato, manejo de capitales simbólicos, en esta ocasión narrado entre la primera y la tercera persona en historias que se cruzan y que de pronto se detienen y acaban allí. Suele divagar, pero hace una interpretación muy libre de esto y lo lleva a un terreno de pronto muy innovador a un nivel feminista, un poco macarra, respecto a gente que podría ser detractora de Sandy Stone. Tiene el otro libro del que te hablaba el otro día, I love Dick que está traducido al castellano aunque no sé por qué la editorial lo ha traducido como “Amo a Dick”, en fin.

J.

Pues aquí hay no sé si Dicks pero seguro que Dykes, se llama Genero-Ariketak. Feminismoaren Subjektuak de la editorial Edo!, y es que yo sepa la primera antología de textos transfeministas en vasco, y por lo que te conté al principio, este se hizo muy conscientemente con la intención de producir terminología. La editorial me gusta mucho. Y el libro te permite leer en vasco algunas cosas que igual ya habías leído en castellano, o al contrario leerlas por primera vez en vasco. Mi primera lengua fue el castellano pero cada vez me interesa más trabajar y vivir en lenguas minorizadas como el catalán y el vasco. Una lengua minorizada es mucho más resistente a las búsquedas en bases de datos, a los netbots, y su ortografía no está tan normativizada. Además si una lengua no es tu primera lengua la naturalizas mucho menos. ¡Contigo es la primera vez que hablamos en castellano y está siendo raro!

R.

“El estado mental” como algo literal… jaja

Jesús Caníbal (izquierda) y Rafa Marcos Mota (derecha) durante la conversación en Barcelona

 

J.

Sigo pues con Después del imperio, de Paul Gilroy. Estuvo hace poco en La caníbal cuando venía a hacer una conferencia en la Fundació Tàpies y me pareció majísimo y fue un pasote, porque además de hacer teoría social importantísima sabe mucho de ciencia-ficción, de música, ha estado en movimientos antirracistas en Reino Unido… A mí este libro me ayuda a pensar la tóxica herencia colonial, la raza, escuchar el dolor, la violencia del racismo macro y micro, pero deconstruyendo estas palabras al mismo tiempo. Tiene una cosa muy interesante sobre la melancolía de los hooligans del fútbol del Reino Unido. Gilroy describe en cierto momento que los hinchas evocan como momento heroico el Londres de los bombardeos alemanes, que sorprendentemente no es una victoria sino una victimización. A mí me ha hecho pensar en la violencia machofascista en el fútbol, y quizás es un delirio pero incluso en la violencia de género, y me pongo a pensar en la psicología de la agresión como una especie de sensación de pérdida de grandeza, de ahí a una melancolía ultraépica, y de ahí el paso a la agresión como una especie de defensa enloquecida que invierte los términos de agresor y agredido. Un horror, vamos. Ahora estoy muy contento porque acaban de traducir de él Atlántico negro en Akal, que marcó un antes y un después en la teoría de la diáspora africana.

R.

Este es Zona temporalmente autónoma, de Hakim Bey, traducción y notas Guadalupe Sordo, Tarrasa ediciones, Madrid. Esta edición está muy bien porque no incluye textos contemporáneos que lo ponen en contexto. Para mí tiene similitudes con Psychic Bible, porque aunque no pretende ser postulado ni instrucción técnica de nada, está entre un libro de autoayuda y una reorganización simbólica con una autoconciencia muy política. 

J.

Pues en este otro se trata de exponer a la luz cosas escondidas, muy duras de leer, pero mucho más duro no hacerlo. Se titula Ingrid Olderock, la mujer de los perros, escrito por Nancy Guzmán Jansen y editado por CEIBO en Chile. Es un libro que hemos presentado hace poco en la librería y me lo acabo de leer. Ella es periodista de investigación y ha trabajado mucho y a fondo sobre la dictadura en Chile, en concreto sobre los crímenes de Estado. Como lo que repetimos tanto ahora, #FueElEstado. Se trata de un estudio sobre una especialista en torturas al servicio de la dictadura que formó a torturadoras muy jóvenes y desarrolló “técnicas nuevas”. Entre ellas, entrenar a perros para violar a mujeres y hombres. A lo largo de la investigación la autora no sólo da datos muy necesarios que confirman los temores, los rumores, o que a veces no coinciden con lo esperado. También tiende hilos a otras informaciones para entender estos crímenes dentro de un sistema represivo a gran escala, qué estructura los sustenta, qué función cumplen. Y hay algo que se trasluce de cómo esta represión brutal busca llegar a cosas que nos sean indecibles, como que sean lo peor de todo. Y esto es muy importante porque la tortura y la represión muchas veces buscan infligir lo indecible para silenciar y deprimir, que no se pueda ni decir y que nadie quiera hablar de ello, anular a movimientos populares enteros, apoyándose en las convenciones más intocables como las sexuales, escatológicas, etcétera. Que por otra parte esas convenciones creo que tienen algo de inoculaciones de esa misma falsa moral represiva. Por eso me ha parecido tan valioso este libro, para quien haya vivido estas experiencias y para quien no.

[…]

Ay, Rafa, es la hora de dejar esto listo y nos faltan como seis libros… Ya nos ha vuelto a pasar. En fin, seguimos otro día, ¿vale? Lectoras: esperamos que alguna de estas recomendaciones os venga bien, son nuestros libros y no estamos a sueldo de las editoriales.

Jesús Caníbal

Jesús Caníbal es socio de la librería cooperativa barcelonesa La caníbal junto con Amanda Cuesta y Julia Montilla.

 

Rafa Marcos Mota

Rafa Marcos Mota